El compadre Molina
José Luis Velarde
Publicado en el número 2º de La Talacha en 1985
Antes de venir a verte maté al compadre Molina. No te asustes, dentro de lo que cabe, creo que no padeció. Nada más se le fruncieron los labios y luego se fue de cara sin soltar un pujido. Allí mismo, frente al Estero de las Mojarras, hice un pozo bien hondo y lo enterré amortajado con el suadero* de su caballo.
No me veas con esos ojotes de vaca recién parida, al fin y al cabo el difunto ya descansa en paz y a mí no me queda otra que volver con los carrancistas del general Patiño, si me quedo aquí capaz que hasta me fusilan.
Regresé muy contento pensando en el gusto que te iba a dar, pero apenas me acerqué al pueblo me dieron el chisme. Te vieron con el compadre en el río. Qué lástima, más de tres veces me sacó de apuros, no se rajaba nunca con los pesos ni con las armas y menos si se le ponía enfrente una vieja franjolina* como tú.
No, no te arrecholes en ese rincón, no te voy a pegar, aunque me gustaría amarrarte al palo del chiquero y que tragaras lo mismo que los puercos, pero ya ves que no. Agarra tus tiliches y lárgate, porque ya no aguanto las ganas de reírme. No porque te vayas, sino por el último favor de mi amigo.
No sé cómo diantres te metiste con él. ¿Recuerdas la llaga que traía el compadre más enconada que un pinolillo? ¿Te acuerdas de sus dolores de cabeza y de lo amolado que estaba por las reúmas?
Qué bueno, porque ahora te va a pasar lo mismo. Mi compadre ya no tenía remedio. Por eso lo ejecuté sin remordimiento. A ver si tú encuentras quién te mate, porque de otro modo tendrás que sufrir los mismos dolores que tuvo Molina.
Todo por culpa de esa pinche enfermedad que pegan las pirujas.
Con permiso del autor para su publicación en ¡ Y qué me cuentas! Agosto,1 2010
José Luis Velarde es director de la publicación electrónica de literatura Literatura Virtual
*Vocabulario de Regionalismos:
Dos de las palabras que se utilizan en este cuento son regionalismos del norte de México que no aparecen en el Diccionario de la Lengua Española. El propio autor tuvo la gentileza de comunicarse conmigo para explicármelos:
*suadero: manta colocada entre el lomo de la cabalgadura y la silla de montar.
*franjolina: piruja
Con permiso del autor para su publicación en ¡ Y qué me cuentas! Agosto,1 2010
José Luis Velarde es director de la publicación electrónica de literatura Literatura Virtual
*Vocabulario de Regionalismos:
Dos de las palabras que se utilizan en este cuento son regionalismos del norte de México que no aparecen en el Diccionario de la Lengua Española. El propio autor tuvo la gentileza de comunicarse conmigo para explicármelos:
*suadero: manta colocada entre el lomo de la cabalgadura y la silla de montar.
*franjolina: piruja
Aqui tienes mi cuento con las palabras de "Manos Muertas." (Estoy aprendiendo un poquito usar los acentos españoles.)
ReplyDeleteAyer en una esquina de la calle, encontré a una mujer harapienta con su hija. Ella me pidió tartamudeando, si yo teñía una manzana para la hija. Era difícil entenderla, pero al fin, entendí que estaba diciendo. --S, s, s, señora, por favor, tenemos m. m. m, mucha hambre; no hemos comido todo el día. Si usted p, p, p, puede regalarnos s, s, s, solamente una manzana, le agradeceríamos m. m. m. muchísimo.
Entonces les invité que pasaran en el pasillo en la frente de mi casa. Le pregunté a la mujer, ¿Cómo se llama Ud? Me contestó, Me llama M, M, M, María. Continué con la siguiente pregunta, ¿María . . quien? Ella me contestó, --María a s, s, s, secas.
Hay tantos Marías que yo creía que ella tenía que estar fingiendo, pero ella insistió que María era el único nombre que tenía. Yo sospechaba que tenía alguna razon que no quería decirme su apellido. Por eso, no insistí en que me diera más información. Pregunté el nombrfe do su hija, y me contestó Marisol.
La pregunté, ¿Porqué no consigues trabajo, para ganar dinero, y así podrías comprar comida? La pobre mujer me contestó que tenía miedo porque tendría que sobornar a los jefes o autoridades para conseguir trabajo, y no tenía ningun centavo.
Las regalé una bolsa de manzanas. Las dos me agradecieron mucho. Contesté que era una bicoca. Les dije adios, y regresaron lentamente a la calle.
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Gracias por su paciencia, Ramón; feliz viaje a Guanajuato.
ReplyDeleteGracias Juanita,
ReplyDeletePrometo revisarlo en cuanto mi viaje de trabajo me lo permita.
Saludos, Ramon