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¡Hola, Ramón!Gracias por tus comentarios sobre los ejercicios para “Dos hombres junto a un muro” y por subir el cuento “Juan Darién” al blog. Creo que todos lo encontramos a veces divertido, a veces triste, pero muy interesante. Escogimos estas 8 palabras del cuento:
1. La selva
2. El cachorro
3. La dificultad
4. El consuelo
5. Agachar(se)
6. Las luces de bengala
7. La fiera
8. Ronronear
El que sigue es el cuento que escribimos juntos:
Una fiera que vivía en la selva tuvo tres cachorros. Los tuvo con dificultad.Y su único consuelo fue lanzar unas luces de bengala. Cuando los cachorros vieron las luces de bengala se agacharon de miedo en vez de ronronear.
Hola a todos.
ReplyDeleteLo de las luces de bengala lanzadas por una fiera al momento de dar a luz es una imagen definitivamente surrealista, aunque es igualmente una alegoría al momento del parto. Ahora el lector tendrá que terminar el cuento poniéndole forma a la fiera.
Saludos y sigan participando!
Gracias por tus comentarios, Ramón. Como sabes, nos divertimos mucho escribiendo nuestros cuentos en forma grupal. Esta vez decidí a tratar de escribir mi propio cuento también:
ReplyDeleteDe joven yo tuve muchas dificultades en la escuela. No era un estudiante aplicado ni talentoso. Era muy travieso y siempre tenía que agacharme para evitar las bofetadas de los maestros.
A veces mi padre se apiadaba de mí y por consuelo me llevaba a alguna parte para que nos divirtiéramos. Una vez me llevó a un parque cerca de la selva. Había un festival ese día, con un domador de fieras, fuegos artificiales (incluso unas brillantes luces de bengala) un tiovivo para los niños y todos tipos de dulces.
Mientras chupaba un rico caramelo, le pregunté a Papá –¿Cómo puede haber un domador de fieras? Pues si el las puede domar ya no serían tan fieras.
El suspiro con que me respondió mi padre me indicó que sí, a veces, podía entender la frustración de mis maestros.
En ese momento topamos con el domador, listo para el espectáculo con su capa azul y amarilla, su sombrero de copa y sus bigotes encerados.
Muy impresionante.
Entonces vimos a un tigre grande, también impresionante. Estaba reclinado en un rincón de su jaula, jugando con una bola de estambre que le estaba alcanzando y retirando un muchacho sólo un poco mayor que mí. Estaba ronroneando como un cachorro.
Papá parecía un poco sorprendido. Me miró con una sonrisa de satisfacción y hasta orgullo. Me tomó de la mano y seguimos en nuestro camino por la festival.
Keatha,
ReplyDeleteDefinitivamente te estás convirtiendo en una buen escritora de ficción. Tus historias mejoran cada vez más y no se diga de tu español... muy superior!!!!
Hay unos pequeños comentarios:
1. Te faltó el acento en el pronombre él (Pues si el las puede domar ...)
2.- Te equivocaste en el pronombre. Debió ser "yo" (poco mayor que mí...)
3. No concordó el género entre artículo y sustantivo. Debió ser "el" (por la festival...)
Felicidades!!!!!!!!