INSTRUCCIONES PARA PARTICIPAR EN ESTE BLOGCada semana leeremos un cuento o un poema de algún autor hispano.
Te invito a participar de la siguiente manera:
1. Escoge un cuento, poema, o ensayo de la lista de autores que aparece en la columna del lado derecho del blog. Para encontrar un ejemplo, haz clic
aquí.
2. Después de leer el material elegido, crea una historia usando las ocho palabras que el grupo ¿
Y... qué me cuentas? escogió en clase, o escoge otras ocho palabras de la lectura que quieras practicar. Para encontrar un ejemplo, haz clic
aquí.
3. Sube tu historia usando el enlace de comentarios ("comments"). Lo encontrarás al final de cada lectura.
No temas cometer errores en tu historia. Yo estoy aquí para ayudarte. Tan pronto subas tu historia, yo te mandaré mis comentarios.
¿Estás listo? ¡ Adelante!
¿Por qué aprender, mantener o mejorar el idioma español?
• 500 millones de personas hablan español en el mundo
• 48 millones de personas hablan español en Estados Unidos
• El español es el idioma oficial en 21 paises
• El español es el segundo idioma más estudiado a nivel mundial
• El español es el tercer idioma más utilizado en internet
Gracias por los ejercicios, Ramón; fue divertido probarlos.
ReplyDeleteLas 8 palabras del cruzigrama:
1. pretendiente
2. pieza
3. pretexto
4. preparar
5. pasillo
6. pavita
7. persistir
8. polvo
Mi vecina Mari me contó esta historia de su adolescencia. Dijo que cuando Adolfo, su esposo, era solo un pretendiente suyo, ella salía de su pieza de noche e iba a la cocina con el pretexto de poner al fuego la pavita y preparar una tasita de té. Lo que realmente quería era ver si Adolfo le esperaba en la puerta de atrás de la casa, que era localizada al final de un largo pasillo y lejos de donde dormían los otros miembros de la familia. Una noche, por suerte, los novios consiguieron pasar más de media hora juntos haciendo caricias y hablando del amor que le tenían el uno al otro.
Pero la mañana siguiente el padre de Mari le preguntó -- ¿Qué hacías anoche, hija? Te oí caminando por toda la casa y también a alguien hablando.
–- Me levanté para tomar un poco de té. --contestó la joven. -–No podía dormir así que escuché la radio un rato.
El padre frunció las cejas y persistió en su interrogatorio -–Entonces ¿por qué veo huellas del tamaño de tus pies en el polvo del piso, de aquí... –-
El padre siguió el rastro con sus ojos y terminó gritando –- hasta la puerta de atrás? ¡Tú saliste de la casa anoche!
Ella abrió sus brillantes ojos morenos y negó con toda inocencia. Y el papá, frente a la dulce mirada de su consentida, se aplacó.
Mari se rió al concluir –- Ahora mi padre y mi esposo se llevan retebién, pero Papá siempre tiene que cerciorarse que esa puerta de atrás de su casa esté cerrada con llave en la noche, porque dice que muchas veces los ladrones han entrado por allá y dejado sus huellas en el polvo del piso.