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Cada semana leeremos un cuento o un poema de algún autor hispano.
Te invito a participar de la siguiente manera:
1. Escoge un cuento, poema, o ensayo de la lista de autores que aparece en la columna del lado derecho del blog. Para encontrar un ejemplo, haz clic aquí.
2. Después de leer el material elegido, crea una historia usando las ocho palabras que el grupo ¿Y... qué me cuentas? escogió en clase, o escoge otras ocho palabras de la lectura que quieras practicar. Para encontrar un ejemplo, haz clic aquí.
3. Sube tu historia usando el enlace de comentarios ("comments"). Lo encontrarás al final de cada lectura.
No temas cometer errores en tu historia. Yo estoy aquí para ayudarte. Tan pronto subas tu historia, yo te mandaré mis comentarios.
¿Estás listo? ¡ Adelante!

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Y…¿qué me cuentas?

Este video muestra el momento en el que los estudiantes de

Y…¿qué me cuentas?

crean una historia usando ocho palabras extraídas de un cuento previamente leído en clase.

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Y…¿qué me cuentas?

Recomendación al Gobierno de México por parte del Consejo Consultivo del Instituto de los Mexicanos en el Exterior (CCIME) durante su XVII reunión ordinaria.

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Saturday, March 9, 2013

Ejercicio de lectura y escritura de "En verdad os digo" de Juan José Arreola

Para leer el cuento relacionado con estos ejercicios haga clic aquí.
Hola a todos :)

Esta semana voy a compartir con ustedes los ejercicios que los dos grupos de ¡Y qué me cuentas! realizaron a raíz de su lectura del cuento: "En verdad os digo" de Juan José Arreola. Esta es la primera vez que leemos un mismo cuento con pocos días de diferencia. Lo interesante es ver cuáles fueron las palabras que eligió cada uno de los grupos y las historias que realizaron con ellas. El miércoles pasado 6 de marzo el grupo de Austin, Texas trabajó el cuento y mandó su ejercicio. El lunes 11 de marzo el grupo de Cambridge, Massachusetts leyó el cuento y realizó también su ejercicio. Comparto con ustedes los dos ejercicios y las ocho palabras que eligió cada uno de ellos.

 Aquí está lo que nos dice el grupo de Austin, Texas:

 Nos gustó a los del grupo de Austin este cuento irónico y divertido. Aquí están las 8 palabras que escogimos:

1. Científico
2. Estafadores
3. Caravana
4. Camello
5. Proseguí
6. Proyecto
7. Ofrecer
8. Empobrecidos

Lo que sigue es el cuento que escribimos juntos:

La caravana de científicos proseguía por un terreno desolado, por un proyecto de amor. Había unos estafadores ofreciendo unas novias bellísimas en un oasis lleno de camellos. Pero los científicos, empobrecidos por el largo viaje, no tenían para comprar novias. Solo les alcanzaba para comprar un camello cada uno para su regreso.

Y aquí están las ocho palabras y el cuento que leyeron en Cambridge:

1. Envidioso
2. Salvación
3. Molibdeno
4. Carencia
5. Disolver
6. Zurcir
7. Fracaso
8. Gastos

La historia que escribieron es la siguiente:

Por la carencia de molibdeno no se pudieron construir computadoras. Entonces una compañía tuvo el plan de disolver las computadoras viejas para obtener más molibdeno. Pero hubo tantos gastos que la compañía fracasó y tuvo que disolverse.  Su salvación fue por las inversiones recibidas por parte de un grupo de madres envidiosas de sus vecinos con computadoras que recibieron grandes ganancias al poner un negocio de zurcir ropa.

Como pudieron ver, los dos grupos eligieron ocho palabras muy distintas y escribieron una historia completamente diferente a raíz del mismo cuento. Esa es la magia de la imaginación.

Monday, March 4, 2013

"En verdad os digo" de Juan Jose Arreola

Para leer el ejercicio relacionado con este cuento haga clic aquí.
En verdad os digo 
Juán José Arreola 


Todas las personas interesadas en que el camello pase por el ojo de la aguja, deben inscribir su nombre en la lista de patrocinadores del experimento Niklaus.

Desprendido de un grupo de sabios mortíferos, de esos que manipulan el uranio, el cobalto y el hidrógeno, Arpad Niklaus deriva sus investigaciones actuales a un fin caritativo y radicalmente humanitario: la salvación del alma de los ricos.

Propone un plan científico para desintegrar un camello y hacerlo que pase en chorro de electrones por el ojo de una aguja. Un aparato receptor (muy semejante en principio

Ejercicio de lectura y escritura de "Más allá" de Emilia Pardo Bazán

Estas son las ocho palabras que el grupo de Cambridge eligió para escribir su ejercicio de 8 palabras:
1. Calvatronería
2. Balneario
3. Impetuosamente
4. Jabones
5. Marchitar
6. Derramar
7. Merece
8. Marinos

Este es el ejercicio que escribieron con estas palabras:

"Los marinos habían pasado dos meses sin conocer el jabón. Después de una noche de calvatronería, impetuosamente se fueron al balneario. Las mujeres que trabajaban en el balneario no merecían el maltrato que recibieron de los marineros e hicieron hervir el agua del balneario tanto que les hicieorn derramar lagrimas,  marchitando sus caras llenas de arrugas".

Tuesday, February 5, 2013

Ejercicio de lectura y escritura de "Ladrón de sábado" de Gabriel García Márquez

Después de leer "Ladrón de sábado" de García Márquez, el grupo de¡ Y qué me cuentas! de Cambirdge, MA, eligió las siguientes palabras para construir una historia grupal:

1. Pastilla
2. Desayuno
3. Guapa
4. Joyas
5. Cava
6. Gozar
7. Sillon
8. Descompuesto

La historia grupal que escribieron, es la siguiente:
Erase una vez una mujer muy rica que ya no gozaba de sus joyas ni de su cava, pero sí de sus pastillas. Ella tenía muchos celos de sus amigas guapas y un dia las invitó a desayunar con la intensión de matarlas. Preparaba un desayuno de huevos con veneno y un jugo de piña con pastilla de coumadin. Su perro rompió el plato con los huevos, y la licuadora se descompuso. Entonces decidió pedir comida de un restaurante chino para desayunar dándose por vencida.

En la noche se sentó en el sillón pensando en otro plan.
____________________________________________________________________
Ahora anímense y mándenme sus historias personales en el link de "comments" que está al termino de esta publicación.
Hasta la próxima.

Monday, February 4, 2013

"Viaje a la semilla" de Alejo Carpentier



Alejo Carpentier
(La Habana)

Viaje a la semilla

I

 —¿Qué quieres, viejo?...
Varias veces cayó la pregunta de lo alto de los andamios. Pero el viejo no respondía. Andaba de un lugar a otro, fisgoneando, sacándose de la garganta un largo monólogo de frases incomprensibles. Ya habían descendido las tejas, cubriendo los canteros muertos con su mosaico de barro cocido. Arriba, los picos desprendían piedras de mampostería, haciéndolas rodar por canales de madera, con gran revuelo de cales y de yesos. Y por las almenas sucesivas que iban desdentando las murallas aparecían —despojados de su secreto— cielos rasos ovales o cuadrados, cornisas, guirnaldas, dentículos, astrágalos, y papeles encolados que colgaban de los testeros como viejas

Wednesday, January 30, 2013

"Leyenda de la tatuana" de Miguel Ángel Asturias

Para leer un artículo relacionado con este cuento, haga clic aquí.
Leyenda de la tatuana

Miguel Ángel Asturias

(Guatemala)

Ronda por Casa-Mata la Tatuana…
El Maestro Almendro tiene la barba rosada, fue uno de los sacerdotes que los hombres blancos tocaron creyéndoles de oro, tanta riqueza vestían, y sabe el secreto de las plantas que lo curan todo, el vocabulario de la obsidiana —piedra que habla— y leer los jeroglíficos de las constelaciones.
Es el árbol que amaneció un día en el bosque donde está plantado, sin que ninguno lo sembrara, como si lo hubieran llevado los fantasmas. El árbol que anda … El árbol que cuenta los años de cuatrocientos días por las lunas que ha visto, que ha visto muchas lunas, como todos los árboles, y que vino ya viejo del Lugar de la Abundancia.
Al llenar la luna del Búho-Pescador (nombre de uno de los veinte

Tuesday, January 29, 2013

Ejercicio de lectura y escritura del cuento "El fantasma" de Enrique Anderson Imbert

Para leer el cuento relacionado con este ejercicio haga clic aquí.
Esta semana el grupo de ¡ Y qué me cuentas! en Cambridge leyó "El fantasma" de Enrique Anderson Imbert. A continuación les presento el ejercicio que realizaron los estudiantes con las ocho palabras extraídas del cuento:

1. Morada
2. Evocar
3. Mamífero
4. Rellano
5. Pesadumbre
6. Avejentado
7. Acechar
8. Humor

La historia que escribieron es la siguiente:

El acechó la morada del mamífero de mal humor. Sintió gran pesadumbre al darse cuenta que su perro avejentado estaba muriendo de cancer. Mientras esperaba el último respiro de su perro por el rellano, evocó al espiritu santo porque todos los perros van al cielo.

Ahora, escriban su propia historia y súbanla en el enlace que dice " comments".

Wednesday, January 16, 2013

"Leyenda del cadejo" de Miguel Angel Asturias

Leyenda del cadejo
Miguel Angel Asturias
(Guatemala)

Madre Elvira de San Francisco, prelada del monasterio de Santa Catalina, sería con el tiempo la novicia que recortaba las hostias en el convento de la Concepción, doncella de loada hermosura y habla tan candorosa que la palabra parecía en sus labios flor de suavidad y de cariño.
Desde una ventana amplia y sin cristales miraba la novicia volar las hojas secas por el abraso del verano, vestirse los árboles de flores y caer las frutas maduras en las huertas vecinas al convento, por la parte derruida, donde los follajes, ocultando las paredes heridas y los abiertos techos, transformaban las celdas y los claustros en paraísos olorosos a búcaro y a rosal silvestre; enramadas de fiesta, al

Monday, January 14, 2013

Ejercicio de lectura y escritura de "La casa en Mango Street" de Sandra Cisneros

Para leer el cuento de este ejercicio haga clic aquí.
 ¡Saludos!
Estoy muy contento porque el día de hoy tuvimos la primera clase de ¡Y qué me cuentas! en Cambridige, MA. El grupo se conformó con ocho estudiantes angloparlantes con profesiones distintas. Es un grupo muy activo e interesado en el aprendizaje del idioma español lo cual ayuda a que la clase fluya y sea entretenida. Como primer clase había decidido que leyéramos "El amor que yo quería contar" de Rogelio Guedea. Sin embargo, cambié de opinión y decidí que leyéramos "La casa en Mango Street". A pesar de que soy muy estricto en que mis alumnos lean historias escritas originalmente en español, decidí hacer una excepción debido a que Sandra Cisneros es una escritora chicana que retrata muy bien el sentir, el pensar y el actuar del hispano que vive en Estados Unidos, visto a través de una niña que pronto dejará de serlo. Además, la traducción de Elena Poniatowska, mexicana por adopción y francesa por nacimiento, capta con precisión la voz de la narradora, la voz de Sandra, y desvela su propia voz de escritora en una narración que atrapa a sus lectores.
Al término de la discusión de "La casa en Mango Street"- y como ya es costumbre en mi curso- los estudiantes eligieron sus ocho palabras para construir con ellas su propia historia.
Estas fueron las ocho palabras que eligieron:

1. Mudanzas
2. Escaleras
3. El techo
4. Banqueta
5. Agua
6. Apretado
7. Senalar
8. Robo

La historia que escribieron con ellas es la siguiente:

La mudanza constante es parte de mi vida. Hoy es un día tipico. Me estoy mudando a un departamento nuevo. Acarreo cosas muy pesadas por las escaleras apretadas. Mi hermano mayor vigila la puerta para que no haya robo de mis cosas. Me mudé porque el nuevo departamento tiene agua corriente y un techo completo. A pesar de este mejoramiento, el graffiti en la banqueta señala que no he llegado a un sitio perfecto. Ojala que un sitio perfecto venga un día.

Ahora espero que el grupo de ¡Y qué me cuentas! en Austin, TX se anime a leer "La casa de Mango Street" y comparta con nosotros su propia historia escrita con ocho palabras de su elección.

Y por supuesto, espero que mis alumnos en Cambridge suban sus ejercicios personales en el enlace que dice "comments".

 ¡Hasta la próxima!

"La casa en Mango Street" de Sandra Cisneros

Para leer el ejercicio de este cuento haga clic aquí.
La casa en Mango Street 
Sandra Cisneros
Traducción al español: Elena Poniatowska


No siempre hemos vivido en Mango Street. Antes vivimos en el tercer piso de Loomis, y antes de allí vivimos en Keeler. Antes de Keeler fue en Paulina y de más antes ni me acuerdo, pero de lo que sí me acuerdo es de un montón de mudanzas. Y de que en cada una éramos uno más. Ya para cuando llegamos a Mango Street éramos seis: Mamá, Papá, Carlos, Kiki, mi hermana Nenny y yo. La casa de Mango Street es nuestra y no tenemos que pagarle renta a nadie, ni compartir el patio con los de abajo, ni cuidarnos de hacer mucho ruido, y no hay propietario que golpee el techo con una escoba. Pero aún así no es la casa que hubiéramos querido. Tuvimos que salir volados del departamento de Loomis. Los tubos del agua se rompían y el casero no los reparaba porque la casa era muy vieja. Salimos corriendo. Teníamos que usar el baño del vecino y acarrear agua en botes lecheros de un galón. Por eso mamá y Papá buscaron una casa, y por eso nos cambiamos a la de Mango Street, muy lejos, del otro lado de la ciudad. Siempre decían que algún día nos mudaríamos a una casa, una casa de verdad, que fuera nuestra para siempre, de la que no tuviéramos que salir cada año, y nuestra casa tendría agua corriente y tubos que sirvieran. Y escaleras interiores propias, como las casas de la tele. Y tendríamos un sótano, y por lo menos tres baños para no tener que avisarle a todo mundo cada vez que nos bañáramos. Nuestra casa sería blanca, rodeada de árboles, un jardín enorme y el pasto creciendo sin cerca. Esa es la casa de la que hablaba Papá cuando tenía un billete de lotería y esa es la casa que Mamá soñaba en los cuentos que nos contaba antes de dormir. Pero la casa de Mango Street no es de ningún modo como ellos la contaron. Es pequeña y roja, con escalones apretados al frente y unas ventanitas tan chicas que parecen guardar su respiración. Los ladrillos se hacen pedazos en algunas partes y la puerta del frente se ha hinchado tanto que uno tiene que empujar fuerte para entrar. No hay jardín al frente sino cuatro olmos chiquititos que la ciudad plantó en la banqueta. Afuera, atrás hay un garaje chiquito para el carro que no tenemos todavía, y un patiecito que luce todavía más chiquito entre los edificios de los lados. Nuestra casa tiene escaleras pero son ordinarias, de pasillo, y tiene solamente un baño. Todos compartimos recámaras, Mamá y Papá, Carlos y Kiki, yo y Nenny. Una vez, cuando vivíamos en Loomis, pasó una monja de mi escuela y me vio jugando enfrente. La lavandería del piso bajo había sido cerrada con tablas arriba por un robo dos días antes, y el dueño había pintado en la madera SI, ESTÁ ABIERTO, para no perder clientela.

—¿Dónde vives? preguntó.
Allí, dije señalando arriba, al tercer piso.
—¿Vives allí?

Allí. Tuve que mirar donde ella señalaba. El tercer piso, la pintura descarapelada, los barrotes que Papá clavó en las ventanas para que no nos cayéramos. ¿Vives allí? El modito en que lo dijo me hizo sentirme una nada. Allí. Yo vivo allí. Moví la cabeza asintiendo. Desde ese momento supe que debía tener una casa. Una que pudiera señalar. Pero no esta casa. La casa de Mango Street no. Por mientras, dice Mamá. Es temporario, dice Papá. Pero yo sé cómo son esas cosas.

Sandra Cisneros

Sunday, January 13, 2013

Clase de ¡ Y qué me cuentas! en el Cambridge Center for Adult Education a partir del 14 de enero del 2013

Saludos a todos!
Quiero compartir con ustedes que a partir del 14 de enero voy a comenzar un curso de ¡Y qué me cuentas! en el Cambridge Center for Adult Education. Esto quiere decir que por fin podré compartir la experiencia del curso que he tenido en Austin, Texas desde el 2009 ahora con gente en Cambridge MA. Una de mis ideas es que leamos por lo menos un mismo cuento los dos grupos durante una misma semana para ver qué ocho palabras escoge cada uno de los grupos y qué cuento escriben con ellas. Eso lo haremos durante la misma semana que espero que sea a mediados de febrero. Me pondré en contacto con Keatha (quien desde hace un año es la profesora del grupo presencial en Austin) para decidir qué lectura podemos realizar los dos grupos. ¡Va a ser una experiencia interesante!

Estoy muy contento de iniciar este curso y de expandir el interés por la literatura hispana y el idioma español ahora en Cambridge.

Saludos :)

Ramón.


Saturday, January 12, 2013

Ejercicio de lectura y escritura de "El amor que yo quería contar" de Rogelio Guedea

Para leer el cuento relacionado con este ejercicio, haga clic aquí.
El día de hoy 12 de enero del 2013 tuvimos una sección de ¡Y qué me cuentas! en el Cambridge Center for Adult Education, en Cambridge, Massachusetts, como parte de un día de inmersión en español. Los once asistentes a la clase, todos angloparlantes, leyeron "El amor que yo quería contar" de Rogelio Guedea. La participación fue muy activa y como resultado seleccionaron ocho palabras para escribir una historia grupal con ellas. Comparto con ustedes este ejercicio y los invito a que vean otro ejercicio similar del mismo cuento que realizaron mis alumnos en Austin, Texas en el 2011 haciendo clic aquí.

Las ocho palabras que eligieron fueron las siguientes:
1. Lluvia
2. El azar
3. Conocerse
4. Advertir
5. Sabor
6. Pasillos
7. Zapatillas
8. Besos

La historia que escribieron es la siguiente:
"Estaba lloviendo y el sonido de las zapatillas me advirtió que alguien llegaba. Los pasillos estaban mojados. El azar me hizo voltear. Vi a una amiga a quien conocí hace 20 años y a quien no había visto desde hace 15 años.  Ella me dio un beso sabroso y un abrazo fuerte. Fuimos a un restaurante donde hay comida con mucho sabor."

Friday, January 11, 2013

Ejercicio de lectura y escritura de "El milagro secreto" de Jorge Luis Borges

Para leer el cuento relacionado con este ejercicio haga clic aquí.
Hola Ramón,

¡Espero que hayas pasado unas fiestas felices! Y también te deseo ¡¡lo mejor en 2013!!!

El miércoles nosotros leímos y discutimos «El milagro secreto» de Borges. Entonces escogimos estas ocho palabras:

1. El bibliotecario
2. Al azar
3. El atardecer
4. Húngaro
5. Arredrar
6. Convergir
7. Justificar
8. La mejilla

Lo que sigue es el cuento que escribimos juntos:

Hace mucho tiempo había un bibliotecario que hablaba húngaro. Cada atardecer, la gente húngara se convergía en la biblioteca para escucharlo contar los cuentos que se escogían al azar. Un día unos jóvenes españoles trataron de arredrar a los Húngaros, pero el bibliotecario trató de justificar su presencia y al final les dio golpes en la mejilla a los jóvenes españoles.

Sunday, January 6, 2013

"El milagro secreto" de Jorge Luis Borges

Para leer el ejercicio de lectura y escritura de este cuento haga clic aquí.
El milagro secreto
Jorge Luis Borges

Y Dios lo hizo morir durante cien años y luego lo animó y le dijo:
—¿Cuánto tiempo has estado aquí?
—Un día o parte de un día, respondió.

Alcorán, II, 261.

La noche del catorce de marzo de 1939, en un departamento de la Zeltnergasse de Praga, Jaromir Hladík, autor de la inconclusa tragedia Los enemigos, de una Vindicación de la eternidad y de un examen de las indirectas fuentes judías de Jakob Boehme, soñó con un largo ajedrez. No lo disputaban dos individuos sino dos familias ilustres; la partida había sido entablada hace muchos siglos; nadie era capaz de nombrar el olvidado premio, pero se murmuraba que era enorme y quizá infinito; las piezas y el tablero estaban en una torre secreta; Jaromir (en el sueño) era el primogénito de una de las familias hostiles; en los relojes resonaba la hora de la impostergable jugada; el soñador corría por las arenas de un desierto lluvioso y no lograba recordar las

Sunday, December 30, 2012

"Una profecía del Calendario Maya" por Jue Min

Una profecía del Calendario Maya: En el año 2012 los seres humanos entrarán en una nueva civilización

Según los mayas, el 21 de diciembre de 2012 es el fin de esta civilización humana. Ellos no mencionaron la causa, pero una cosa es clara: el último día no significará el arribo de ninguna calamidad; en cambio, implica una nueva conciencia cósmica y una transición espiritual hacia la nueva civilización

Por Jue Min - La Gran Época

Según el Calendario del Largo Conteo Maya, el 21 de diciembre de 2012 es el fin de esta civilización humana. Los seres humanos entrarán en una nueva civilización, la cual no tiene ninguna relación con la presente. La gente maya no mencionó la causa. Una cosa es clara: el último día no significará el arribo de ninguna calamidad; en vez de esto, implica una completa nueva conciencia cósmica y una transición espiritual hacia la nueva civilización.

La gente maya no tenía la tecnología avanzada que tenemos hoy, pero eran sorprendentemente expertos en astrología y matemática. Además, había muchos acertijos sin resolver. Ellos tenían avanzados sistemas de rutas, pero no usaban ruedas. Por lo tanto, ellos no

Friday, December 28, 2012

Ejercicio de lectura y escritura de “Cuento de Año Nuevo” de José Luis Álvarez Fermosel.

Para leer el cuento relacionado con este ejercicio haga clic aquí.
Hola, Ramón,
El miércoles 26 de diciembre leímos “Cuento de año nuevo” de José Luis Álvarez Fermosel.

El cuento fue interesante y también tuvimos tiempo para escribir nuestro cuento en forma grupal.
Las 8 palabras que escogimos:
1. Puré de guisantes
2. Perseguir
3. Fúlgido
4. Borroso
5. Súbitamente
6. Retrato
7. Apresuradamente
8. Despertarse

El cuento del grupo:
Me despertó súbitamente el olor de puré de guisantes. Mi mente sentía borrosa, pero decidí a perseguir el olor. En la cocina encontré a una mujer con indumentaria fúlgida. Ví el retrato de mi tía en la pared y supe que la mujer era mi prima loca Zenia. Ella me besó y me escapé apresuradamente.

Thursday, December 27, 2012

"Cuento de Año Nuevo" de José Luis Álvarez Fermosel

Para ver el ejercicio de lectura y escritura de este cuento haga clic aquí.
Cuento de Año Nuevo
José Luis Álvarez Fermosel

Iba yo corriendo, -¡dále que te pego!-, y no dejaba de correr detrás de un viejecito encorvado que tenía unos números, bastante borrosos, por cierto, pintados, o cosidos en la espalda de su camisola color ala de mosca. ¿Sería un escapado de presidio? No, porque en ese caso tendría que llevar la clásica indumentaria a rayas horizontales de los reclusos, tal como salen en las historietas, u otra prenda distintiva.
Lo curioso era que el hombre parecía ir muy despacio y yo, que corría a toda velocidad, no le alcanzaba. Ahora bien, ¿por qué perseguiría yo a ese buen señor? ¿Estaría llevándose algo que me había pertenecido, que nos había pertenecido a muchos? ¿Parte de nuestra vida, de nuestro tiempo, quizás?
Hacía frío, a veces hacía calor, otras llovía y yo no me mojaba ni sentía frío ni calor, ni transpiraba, a pesar de que corría con ganas.
Pero no conseguía acercarme al viejecito, que contra toda lógica parecía estar al alcance de mi mano. Me acordé del siempre lejano, inaccesible castillo de la novela de Kafka y del via crucis del pobre agrimensor, tratando de llegar a él a toda costa y sin ninguna posibilidad de lograrlo.
Por el rabillo del ojo veía a otras personas, coches y otros vehículos, árboles, faroles, escaparates, niños que parecían ir al colegio, o salir de él, perros callejeros, un menesteroso en una esquina, un policía con su uniforme azul y su gorra de plato.
Lo veía todo como si fuera muy miope y no llevara puestas lentillas ni gafas. Debía padecer, además, algún tipo de daltonismo, porque el tono dominante era el gris ratón.
El anciano no perdía ripio, mientras que a mí me costaba muchísimo avanzar. Me pesaban las piernas, como si fueran de plomo. El viejecito se adentro súbitamente en una neblina tan espesa como la que los ingleses llaman “puré de guisantes”.
De pronto se cruzó en mi camino una señora madura, alta, quizás no distinguida, pero tampoco ordinaria. Tenía el pelo del mismo color del acero y los ojos entre azules y grises, fijos y tristes, insondables: los ojos de los que ya lo han visto todo. Vestía de gris y llevaba en los brazos algo parecido a un pequeño paquete.
Se acercó a mí y me pasó el fardo, nunca mejor empleada la expresión. ¡Contenía un niño recién nacido! Sobre su ropita de lana azul de bebé campeaban unos números en fúlgido escarlata. Lo estreché contra mí. La señora me dijo en voz baja:
- Ahí está. El nuevo. Va a ser muy bueno. Vívalo a conciencia.
- Pero, ¿durará? Los mayas dijeron…
- ¡A los mayas que les den dos duros, o dos euros, ahora!
Un relámpago tiñó el cielo de azul por unos instantes. Acto seguido, todo se nubló, para despejarse enseguida. Me desperté. Me había quedado dormido en mi silla de lona verde de director de cine frente a una copia hecha por mi abuelo del famoso cuadro de la chica morena con el cántaro azul de Romero de Torres.
Me acordé inmediatamente de aquella obsesionante película que protagonizaron Edward G. Robinson y Joan Bennet y dirigió Fritz Lang en 1944, basada en la novela “Once off Guard” de S. W. Wallis, que todavía puede verse en cine clubs y en la televisión: “La mujer del cuadro” (“The woman in the window”).
El fatalista recorrido del infeliz protagonista llega a su término cuando se despierta cómodamente arrellanado en una butaca de un salón de su club, frente a un retrato de una bellísima mujer -como pintado por Winterhalter-, punto de partida del film, considerado como uno de los mejores de Lang.
Todo había sido un sueño.